“Me nombraron Interventora General de la Seguridad Social por mi valía, no por cuotas de género”
Desde dentro
Repasando el 40 aniversario de la actual Seguridad Social, charlamos con María Victoria Vigueras (Sevilla, 1948), perteneciente al Cuerpo Superior de Interventores y Auditores del Estado, que llegó a ocupar el cargo de interventora general de la Seguridad Social. Con ella repasamos como vivió en primera persona los grandes cambios del Sistema.
A Vigueras no le falta pasión cuando nos explica la importante labor de la Intervención General de la Seguridad Social. Nos transmite la idea de que la entidad es un amigo inseparable para que el Sistema funcione y explica las funciones de pedagogía realizadas para que los distintos gestores de la Seguridad Social vieran a la Intervención como aliado y colaborador y no un obstáculo.
En concreto, la que fue máxima responsable de las cuentas de la Seguridad Social durante casi 10 años nos explica que la Intervención realiza las funciones directivas de contabilidad pública y de control interno de las cuentas en el ámbito de la Seguridad Social, la gestión contable y el control financiero de todas y cada una de las entidades gestoras, así como la auditoría de las mutuas colaboradoras.
Respecto del nacimiento de las entidades gestoras de 1978 y desde su ámbito, Vigueras destaca la creación de una nueva estructura presupuestaria y financiera gracias a los Pactos de la Moncloa. Consiguen que toda la actividad económica de la Seguridad Social esté incluida dentro de las mismas reglas de control y planificación que el resto del sector público, logrando que las nuevas entidades gestoras tengan una única Intervención General independiente y a la vez supeditada a la Intervención General del Estado.
Nos recuerda que “Este hecho provocó la dimisión del ministro de Trabajo de entonces al negarse a que el ministerio de Hacienda controlara sus cuentas”.
Ha vivido de cerca la Seguridad Social desde su destino en ella allá en 1984 hasta 2015 cuando cesa como Interventora General. Son treinta años de su vida donde nos declara lo orgullosa que se siente como parte integrante de la Seguridad Social, a pesar de ser de un cuerpo de Hacienda, y partícipe de su valiosa vocación de servicio público, especialmente para las capas sociales más desfavorecidas.
Las primeras grandes reformas que le toca vivir son como subdirectora de Control Financiero. De esta época destaca varios hitos, como la implantación de la asistencia sanitaria universal a través del antiguo INSALUD.
Otro momento importante fue el especial control de cuentas a instituciones sanitarias de cara al proceso de transferencias de la sanidad a las CCAA. “Nos tocó realizar auditorías en cada uno de los hospitales de este país y determinar cuál era la deuda y las obligaciones que les correspondían a cada CCAA a nivel sanitario”.
Destaca también los cambios producidos en las mutuas. Narra la anécdota de como uno de sus funcionarios, al visitar una mutua, su director le increpó: ¿Y usted a que viene? ¡Si está mutua es mía!…Es lógico que destaque la revisión de las mutuas y su inclusión bajo los principios de contabilidad pública en 2007. Rememora el Pacto de Toledo, como ejemplo de consenso político a seguir en tantas otras materias.
Nombrando protagonistas del cambio, Adolfo Jiménez, anterior Secretario General de la Seguridad Social es el destacado. Lo define como “El alma mater de aquella nueva Seguridad Social”.
No quiere olvidar la adaptación que le tocó vivir hacia una nueva era de administración electrónica. Agradece a la Gerencia de Informática el esfuerzo para hacer realidad los distintos proyectos, entre otros: TUSS, la factura electrónica, o el objetivo de eliminar el papel. Afirma que “La Seguridad Social ha sido una avanzada en la adaptación informática”.
De cara al futuro, apuesta por la unificación. “En el anterior camino fueron las entidades gestoras. El futuro debe ser una entidad única. Se llame Agencia o como se llame”, sentencia.
“Mamá: a las demás niñas vienen a buscarles sus madres al colegio”
Destaca de su entrevista su faceta como mujer tenaz y madre que hace malabarismos para compaginar la maternidad con el desempeño de un puesto de alta responsabilidad en el sector público. Analiza como, actualmente, se ha producido un vuelco en el acceso a la función pública desde el punto de vista de género, ingresando actualmente más mujeres que hombres.
María Victoria nos describe la foto de esas primeras promociones en 1976. “Éramos muy jóvenes y con ganas de hacer muchas cosas. Entraban muchos más hombres que mujeres. “Ahora es al revés. La inmensa mayoría son mujeres. Eso dice mucho de la capacidad y tenacidad de la mujer”.
Mi promoción fue la tercera de mujeres en el Ministerio de Hacienda. En la primera promoción, tres años antes, sólo entraron tres mujeres. Destaca la enorme preparación de esas pioneras. “Una llegó a Interventora General del Estado y otra, Elvira Rodríguez, llegó a ser Ministra”.
La valía la fue demostrando durante esos primeros años que califica como “duros” y cuenta como al principio, los niveles altos eran principalmente para los hombres. “Afortunadamente la administración ha ido avanzando muy por delante de la sociedad”, afirma.
Como ejemplo del cambio de género en la función pública, narra como los últimos años le costaba trabajo encontrar hombres para constituir tribunales de oposición y respetar la paridad legal. Cada vez hay más mujeres que llegan a los estratos más altos de la administración pública. Afirma que “cuando me nombraron Interventora General de la Seguridad Social, no quería que dijeran que fue por ser mujer sino por mi valía”.
Respecto de la conciliación, Vigueras es clara: “Hay que conciliar. La mujer ocupa cada vez más altos cargos, pero no es necesario estar todo el día trabajando”.
Afirma que es más difícil conciliar cuando se accede a puestos directivos. “Desde que llegué a subdirectora hasta que me jubilé de interventora general no he conocido una tarde en mi casa. “Me las he visto y deseado para compaginar mi faceta de madre con mi cargo”. Recuerda como su hija la decía, “Mamá: a las demás niñas vienen a buscarles las madres al colegio y tú nunca vienes a buscarme”. Había que sacar tiempo de todos lados.
Habla de los avances en conciliación y la dificultad para conciliar, especialmente en puestos de alto nivel y la progresiva difuminación de los roles de género. “Ahora las nuevas generaciones están más implicadas. Los hombres son cada vez más conscientes de que tienen que “colaborar y dividirse las tareas del hogar”.
Resulta increíble cómo, hasta 1975, las mujeres necesitaban permiso de su marido para entre otras cosas, disponer de sus bienes o abrir una cuenta bancaria. Tan sólo unos años después, una mujer fue la máxima responsable de las cuentas del gigantesco sistema de Seguridad Social.
Javier Martín Martín