Los ERTE llegaron al 25% de la mano de obra en abril de 2020, solo un mes después del estallido de la pandemia, y protegieron a 4,2 millones de trabajadores durante los dos años de la crisis COVID. La reforma laboral consolidó este mecanismo y ha hecho que España sea uno de los pocos países de la OCDE con un marco explícito de apoyo a la retención de empleo en momentos de excepcionalmente críticos. Elma Saiz: “A diferencia de lo sucedido en España durante otras crisis económicas en el pasado, donde Gobiernos aplicaron recetas unilaterales basadas en la reducción del gasto, también conocidas como políticas de la austeridad, el sistema de los ERTE supuso una respuesta rápida basada en la protección del empleo”. El coste de los ERTE se compensó ampliamente con el ahorro en prestaciones de desempleo y con mayores ingresos fiscales, según reconoce el informe. Stefano Scarpetta: “Los ERTE tuvieron un papel fundamental a la hora de evitar pérdidas de empleo durante la crisis. Se tomaron medidas en una situación excepcional, que además, se han consolidado en la legislación. Gracias a esto España es uno de los pocos países con un mecanismo previsto para proteger el empleo en las crisis que puedan venir”.