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La OCDE destaca a España como un modelo de buenas prácticas y el papel de los ERTE para proteger el empleo durante las crisis y garantizar la recuperación económica - Revista Seguridad Social
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La OCDE destaca a España como un modelo de buenas prácticas y el papel de los ERTE para proteger el empleo durante las crisis y garantizar la recuperación económica
30/10/2024
Actualidad
La OCDE ha destacado el papel crucial de los ERTE en la protección del empleo durante la crisis originada por la COVID-19, como se desprende del informe que se ha presentado hoy en la Jornada “Preparando los ERTE para el futuro”, en la que interviene la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz.
En la jornada también ha participado el director del Área de Empleo, Trabajo y Asuntos Sociales de la OCDE, Stefano Scarpetta, quien ha constatado que “los ERTE tuvieron un papel fundamental a la hora de evitar pérdidas de empleo durante la crisis”.
En conjunto, los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo protegieron a 4,2 millones de trabajadores a lo largo de los dos años de pandemia, con un uso particularmente intenso por parte de las empresas de menos de 50 trabajadores, que supusieron el 95% de las compañías con estos expedientes. “El impacto positivo del ERTE en el empleo queda confirmado por una evaluación en profundidad basada en el uso de datos administrativos exhaustivos y una estrategia innovadora para identificar los efectos causales”, destaca la OCDE.
Elma Saiz ha recordado que, “a diferencia de lo sucedido en España durante otras crisis económicas en el pasado, donde se aplicaron recetas unilaterales basadas en la reducción del gasto, también conocidas como políticas de la austeridad, el sistema de los ERTE supuso una respuesta rápida basada en la protección del empleo, acordada entre el Gobierno y los interlocutores sociales. Ahora, la OCDE reconoce que fue una herramienta muy acertada que ha salvado una cantidad fundamental de empleos y que ha permitido una recuperación muy rápida teniendo en cuenta la envergadura de la crisis”.
El director del Área de Empleo, Trabajo y Asuntos Sociales de la OCDE, Scarpetta, ha puesto de relieve que no solo “se tomaron medidas en una situación excepcional, sino que además, se han consolidado en la legislación. Gracias a esto España es uno de los pocos países con un mecanismo para proteger el empleo en las crisis que puedan venir”.
Los ERTE, junto con la protección a los trabajadores autónomos y las ayudas ICO, entre otras, demostraron su eficacia permitiendo recuperar el nivel de empleo previo a la COVID en 15 meses, mientras que, por ejemplo, en la última crisis financiera la recuperación del nivel de empleo se produjo 143 meses después.
“Conviene aprender esta lección de cara al futuro, tanto en España como en la UE”, ha dicho Saiz en la clausura de la jornada. “Debemos establecer en la Unión Europea en su conjunto un sistema de garantía del empleo de carácter estructural que permita responder a shocks económicos”.
Modelo de buenas prácticas
Según el informe de la OCDE presentado hoy, los ERTE se han convertido en “un modelo de buenas prácticas” para otros países. “Gracias al uso sin precedentes y generalizado del apoyo a la retención del empleo, el aumento del desempleo en respuesta a la disminución de la actividad económica fue varias veces menor durante la crisis de la COVID-19 que durante la crisis financiera mundial, cuando el desempleo aumentó y el uso de ERTE fue insignificante", asegura el informe, que evalúa en profundidad el impacto positivo de los ERTE en el empleo.
El apoyo a la retención del empleo en España existía previamente, si bien era poco utilizado y de difícil acceso antes de la crisis de la COVID-19. Con las modificaciones que se acometieron cuando estalló la pandemia, se convirtió en un mecanismo que puede ampliarse rápidamente en respuesta a una importante recesión económica y eliminarse fácilmente a medida que se recuperan las condiciones económicas.
La reforma laboral aprobada en diciembre de 2021, además, consolidó muchos de los cambios que tanto éxito habían tenido durante la crisis e introdujo el Mecanismo RED, un instrumento diseñado para favorecer la flexibilidad interna de las empresas con el objetivo de fomentar la continuidad de las relaciones laborales estables, evitando el tránsito por el desempleo, en situaciones de crisis cíclicas o sectoriales. Es decir, orientado a ampliar el apoyo en caso de una fuerte recesión económica o una crisis sectorial. “Como resultado de la reforma laboral aprobada en diciembre 2021, España es uno de los pocos países de la OCDE con un marco explícito de protección del empleo en tiempos de necesidad excepcional”, asegura el informe.
Además de lo acertado del mecanismo, el informe destaca la rapidez con la que se actuó y que permitió que los ERTE protegieran al 25% de la mano de obra en abril de 2020, solo un mes después del estallido de la pandemia. A medida que se retiraron las restricciones económicas y se reanudó la actividad económica, disminuyó la demanda de apoyo al mantenimiento del empleo. Esto se vio reforzado por los sucesivos ajustes del ERTE, que aumentaron gradualmente sus costes para las empresas. Como resultado, el uso de ERTE disminuyó a niveles insignificantes a principios de 2022, donde ha permanecido desde entonces.
La OCDE también destaca que “el uso del ERTE fue más fuerte en las regiones, industrias y ocupaciones más afectadas por la crisis de la COVID-19”, lo que evidencia, según el organismo, que “el apoyo estaba dirigido de manera efectiva a las empresas y los trabajadores que más lo necesitaban”.
Por otro lado, el organismo internacional subraya que el coste del apoyo al empleo se compensó con creces con menores gastos en prestaciones por desempleo y mayores ingresos fiscales.
En la jornada también ha participado el director del Área de Empleo, Trabajo y Asuntos Sociales de la OCDE, Stefano Scarpetta, quien ha constatado que “los ERTE tuvieron un papel fundamental a la hora de evitar pérdidas de empleo durante la crisis”.
En conjunto, los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo protegieron a 4,2 millones de trabajadores a lo largo de los dos años de pandemia, con un uso particularmente intenso por parte de las empresas de menos de 50 trabajadores, que supusieron el 95% de las compañías con estos expedientes. “El impacto positivo del ERTE en el empleo queda confirmado por una evaluación en profundidad basada en el uso de datos administrativos exhaustivos y una estrategia innovadora para identificar los efectos causales”, destaca la OCDE.
Elma Saiz ha recordado que, “a diferencia de lo sucedido en España durante otras crisis económicas en el pasado, donde se aplicaron recetas unilaterales basadas en la reducción del gasto, también conocidas como políticas de la austeridad, el sistema de los ERTE supuso una respuesta rápida basada en la protección del empleo, acordada entre el Gobierno y los interlocutores sociales. Ahora, la OCDE reconoce que fue una herramienta muy acertada que ha salvado una cantidad fundamental de empleos y que ha permitido una recuperación muy rápida teniendo en cuenta la envergadura de la crisis”.
El director del Área de Empleo, Trabajo y Asuntos Sociales de la OCDE, Scarpetta, ha puesto de relieve que no solo “se tomaron medidas en una situación excepcional, sino que además, se han consolidado en la legislación. Gracias a esto España es uno de los pocos países con un mecanismo para proteger el empleo en las crisis que puedan venir”.
Los ERTE, junto con la protección a los trabajadores autónomos y las ayudas ICO, entre otras, demostraron su eficacia permitiendo recuperar el nivel de empleo previo a la COVID en 15 meses, mientras que, por ejemplo, en la última crisis financiera la recuperación del nivel de empleo se produjo 143 meses después.
“Conviene aprender esta lección de cara al futuro, tanto en España como en la UE”, ha dicho Saiz en la clausura de la jornada. “Debemos establecer en la Unión Europea en su conjunto un sistema de garantía del empleo de carácter estructural que permita responder a shocks económicos”.
Modelo de buenas prácticas
Según el informe de la OCDE presentado hoy, los ERTE se han convertido en “un modelo de buenas prácticas” para otros países. “Gracias al uso sin precedentes y generalizado del apoyo a la retención del empleo, el aumento del desempleo en respuesta a la disminución de la actividad económica fue varias veces menor durante la crisis de la COVID-19 que durante la crisis financiera mundial, cuando el desempleo aumentó y el uso de ERTE fue insignificante", asegura el informe, que evalúa en profundidad el impacto positivo de los ERTE en el empleo.
El apoyo a la retención del empleo en España existía previamente, si bien era poco utilizado y de difícil acceso antes de la crisis de la COVID-19. Con las modificaciones que se acometieron cuando estalló la pandemia, se convirtió en un mecanismo que puede ampliarse rápidamente en respuesta a una importante recesión económica y eliminarse fácilmente a medida que se recuperan las condiciones económicas.
La reforma laboral aprobada en diciembre de 2021, además, consolidó muchos de los cambios que tanto éxito habían tenido durante la crisis e introdujo el Mecanismo RED, un instrumento diseñado para favorecer la flexibilidad interna de las empresas con el objetivo de fomentar la continuidad de las relaciones laborales estables, evitando el tránsito por el desempleo, en situaciones de crisis cíclicas o sectoriales. Es decir, orientado a ampliar el apoyo en caso de una fuerte recesión económica o una crisis sectorial. “Como resultado de la reforma laboral aprobada en diciembre 2021, España es uno de los pocos países de la OCDE con un marco explícito de protección del empleo en tiempos de necesidad excepcional”, asegura el informe.
Además de lo acertado del mecanismo, el informe destaca la rapidez con la que se actuó y que permitió que los ERTE protegieran al 25% de la mano de obra en abril de 2020, solo un mes después del estallido de la pandemia. A medida que se retiraron las restricciones económicas y se reanudó la actividad económica, disminuyó la demanda de apoyo al mantenimiento del empleo. Esto se vio reforzado por los sucesivos ajustes del ERTE, que aumentaron gradualmente sus costes para las empresas. Como resultado, el uso de ERTE disminuyó a niveles insignificantes a principios de 2022, donde ha permanecido desde entonces.
La OCDE también destaca que “el uso del ERTE fue más fuerte en las regiones, industrias y ocupaciones más afectadas por la crisis de la COVID-19”, lo que evidencia, según el organismo, que “el apoyo estaba dirigido de manera efectiva a las empresas y los trabajadores que más lo necesitaban”.
Por otro lado, el organismo internacional subraya que el coste del apoyo al empleo se compensó con creces con menores gastos en prestaciones por desempleo y mayores ingresos fiscales.
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