Lo ha hecho en un ámbito de interacción económica internacional, aludiendo a los ya conocidos retos globales como el aumento de la longevidad, la disminución de la natalidad y la fuerte presión sobre el presupuesto de Sanidad o Pensiones según países. En España, la presión se ejerce concretamente sobre el Sistema de pensiones al acumular un déficit del sistema.

Torres apuesta por tomar decisiones concretas a corto plazo para evitar efectos negativos en el déficit del conjunto en la economía nacional y dañar la confianza a largo plazo en el Sistema. Reconoce el lado positivo del gasto en Seguridad Social al desarrollar una enorme cohesión social. Por tanto, hay que reconocer la importancia del gasto, pero requiere de actuaciones de mejora y sostenibilidad.

Respecto de las maneras de actuar, una sería el ajuste del gasto o recortes, pero sin reformas en el sistema tendría perjuicios a largo plazo, desarrollando la desigualdad. Hay que analizar el conjunto de la seguridad social para actuar sobre todos los ámbitos. El recorte en pensiones públicas podría fomentar el ahorro privado pero produce un menor ahorro fiscal. Los planes individuales impactan produciendo más desigualdad pues no todo el mundo se los puede permitir.

Por tanto, su propuesta es actuar con reformas paramétricas y también en los ingresos. Como primer bloque propone actuar sobre la base de cotización. Las opciones sería apostar por incrementar la tasa de empleo, especialmente en sectores críticos como jóvenes y personas mayores. Otra sería elevar la edad de jubilación, teniendo en cuenta las particularidades de cada categoría laboral o la diferencia de carreras laborales, considerando el periodo de cotización además de la edad de jubilación.

Otras medidas serían la posibilidad de combinar una pensión y un trabajo y implementar  la inmigración e incluso la emigración pues muchos quieren contribuir a la cotización nacional y facilitar el retorno. Por último y no menos importante, la calidad del empleo y la productividad, disminuyendo la excesiva rotación para aumentar la productividad.

Otras vías, además de incidir en las bases de cotización, sería buscar otros recursos. En comparación con el contexto internacional, en España la diferencia no es tanto en las cotizaciones sino en la recaudación del impuesto de sociedades y en el conjunto de desgravaciones o reducciones que disminuyen los ingresos de las administraciones públicas en una cantidad muy elevada, incluso mayor que el déficit actual de la Seguridad social.

Además, hay medidas que tienen muy poca efectividad como son las desgravaciones en las cotizaciones. Propone por tanto, reconsiderar las desgravaciones y repensar los gastos fiscales manteniendo los más útiles y eliminando los menos efectivos.

Otra posibilidad son impuestos finalistas como el caso de una contribución para la Seguridad Social generalizada o de base amplia en todo tipo de ingresos, no solo por cotizaciones. También es posible el aumento de las cuotas a la seguridad social pero dando una información precisa a los cotizantes de cuáles son sus derechos en función de cuanto están cotizando, aunque puede desincentivar la contratación.

El conjunto de recursos de las AAPP en España son en torno al 40 %, por debajo de la media europea que está en un 45%. Hay un margen de aumento sin descarrilar la economía, pero bien diseñado. La multiplicación de nuevas formas de empleo y nuevas fórmulas para equiparar las cotizaciones en todo tipo de empleo, reduciendo la brecha de las cotizaciones entre autónomos y asalariados.

Como conclusión, hay que actuar, el Sistema es un tesoro social y también para el funcionamiento la economía. Actuar no con recortes sino con reformas paramétricas, diversificación recursos públicos considerando las distintas opciones incluso todas la vez.