Se está celebrando la IX reunión del Comité Técnico Administrativo del Convenio Multilateral Iberoamericano de Seguridad Social, el convenio que establece las reglas de coordinación de los sistemas nacionales de seguridad social en el caso de movilidad entre países de los trabajadores.
En estas reuniones se trata de resolver las incidencias que van surgiendo en la aplicación de este convenio, que se ejercita de forma efectiva en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, El Salvador, España, Paraguay, Perú, Portugal y Uruguay.
«Tenemos que estar orgullosos de la misión que tenemos encomendada», ha dicho Paula Roch, directora general del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), al comienzo de los trabajos. «Es un trabajo interesante, muy gratificante y que exige gran dedicación», ha explicado.

La idea del convenio surge en 2004 para dar respuesta a las situaciones de desprotección que se producían cuando un trabajador desempeñaba su vida laboral en varios países iberoamericanos

Para Roch, los tres grandes retos que hay que abordar son «acortar los tiempos de tramitación de los procedimientos entre países, ahondar en la coordinación de los sistemas de reparto y de capitalización en los países que los tienen, y avanzar en la interpretación de la totalización de los periodos de seguro. Asimismo, hay que resolver las discrepancias surgidas en torno a los convenios bilaterales».
Gina Magnolia Riaño, secretaria general de la Organización Iberoamericana de Seguridad Social, ha explicado el esfuerzo que desde la organización se está haciendo para incorporar a todos los países iberoamericanos a la aplicación efectiva del convenio. Aún no han completado la tramitación del mismo en sus legislaciones nacionales Venezuela, Colombia, Costa Rica y República Dominicana.

El Convenio Multilateral

La complejidad de coordinar sistemas de seguridad social diferentes y entre los que, en algunos casos, ya existían convenios bilaterales, es evidente, si bien muy importante en una comunidad, la iberoamericana, que abarca 600 millones de personas, muchas de las cuales migran en algún momento.
La idea del Convenio Multilateral de Seguridad Social a nivel iberoamericano surge en 2004 para dar respuesta a las situaciones de desprotección que se producían cuando un/a trabajador/a desempeñaba su vida laboral en varios países, en los cuales, con frecuencia, no llegaba a completar los periodos mínimos exigidos para tener derecho a la correspondiente prestación.
Con el Convenio Multilateral Iberoamericano de Seguridad Social, que se aplica desde 2011, se coordinan las legislaciones nacionales en materia de pensiones, de forma que se garantizan los derechos de los trabajadores migrantes y sus familias, protegidos bajo los esquemas de Seguridad Social de los diferentes Estados iberoamericanos.
En su ámbito material, se refiere a las pensiones de vejez, invalidez, supervivencia y otras prestaciones económicas que pudieran derivarse de situaciones similares. Contiene los principios básicos propios de estos instrumentos internacionales como son: el respeto a las legislaciones nacionales; la igualdad de trato; sometimiento a la legislación nacional del país en el que se realiza la actividad laboral; garantía de los derechos en curso de adquisición; garantía de los derechos adquiridos, y colaboración administrativa y técnica entre las instituciones.
De esta forma, además de la igualdad de trato, el Convenio Multilateral Iberoamericano de Seguridad Social garantiza las futuras pensiones de los trabajadores que desarrollan su actividad en distintos países iberoamericanos a lo largo de su vida laboral, ya que conserva el derecho y pago de pensiones en el extranjero.
Por otra parte, garantiza la revalorización de pensiones y establece la colaboración entre administraciones de Seguridad Social de los Estados iberoamericanos.

Acceda al texto completo del Convenio Multilateral Iberoamericano de Seguridad Social.